Pasaron cuatro años tras su éxito con Lezao y este acordeonista se animó con esta segunda entrega homenajeando de nuevo a la txalaparta y contando de nuevo y con mayor protagonismo con el Coro Samaniego de Vitoria-Gasteiz que consta de 40 voces. Según las propias palabras de Tomás se trata de un trabajo más intimista y a mi modo de ver más "comercial", en la que ha querido plasmar una continuidad en los temas a modo de mantra.
La inauguración del museo Guggenheim de Bilbao en octubre de 1997 sirvió de pretexto para la presentación de este disco con todo el coro al completo dirigido por Aitor Saez de Cortazar, vaya lujo. Once temas que harán las delicias para los amantes de los sonidos gregorianos y corales.
Aparte del Coro Samaniego, Perdi e Ibon (txalaparta, tobera, cuernos e irrintzis) y los colaboradores habituales como Paxariño, Junkera y Coterón, podemos encontrar la voz solista de Yolanda Mateos, Pepe Pereira al bajo eléctrico, Josu Salbide a la txirula y flautas, y Luis Delgado y Marlon Klein a las percusiones.
Este trabajo está dedicado a la memoria de Luis Mataix.
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